Busca la excelencia en su trabajo. No es el que se contenta con hacer ahí más o menos como para que no le llamen la atención. Saber dar más de lo que por obligación debe dar. En los premios Compartir para maestros destacados, relucen fantásticos ejemplos de personas que, más que destacarse, ostentan un impulso gigantesco para realizar proyectos expepcionales con sus pupilos. Desde la primera vez que nos habíamos comido mutuamente el coño me había querido plantear mi relación con Susana como una simple forma de conseguir un placer que mi cuerpo y mis hormonas demandaban, una extraña forma de masturbación sirviéndome de algo, Susana, que en nuestros encuentros cumplía la función que hubiese podido cumplir un juguete sexual lleno de imaginación y autonomía de actuación. El contemplar que mi adicción a aquel juguete tan singular traspasaba los límites de lo meramente físico hizo que todas mis convicciones se tambaleasen. Precisaba soledad. Precisaba hacerme preguntas. Precisaba conocerme sexualmente alén de mi contacto con Susana.
Recuerdo en el momento en que una prostituta separada desde hacía siete años me dijo: Uno me acompaña al médico, otro me aconseja en temas legales, otro me ayuda con mi hija…. Me dio la sensación de que no estaba bien de la chaveta, pero después he visto que no era la única. Llegados a ese punto, ya no piensan en nada más que en sus trabajos, sus hijos y en tener alguna relación esporádica y disfrutar de ella mientras dure. A el interrogante de quién lo pasa peor, supongo que la contestación que estáis aguardando es: la mujer. Y seguramente es verdad desde el punto de vista psicológico, sobre todo a corto plazo. Algunos defienden la teoría de que lo pasa peor el que se implicó más en la relación, cierto sin duda. Otra cosa es quién se recobra antes. La respuesta está clarísima: ¡ellos! Mas vamos a darle unas vueltas y profundicemos más. Tras preguntar a gente y buscar datos y más datos, semejan ser los hombres, sobre todo en el sentido práctico y material, si bien en las generaciones más jóvenes ya no sea así, me refiero a los cincuentones. Apacibles, chicas, no me mordáis aún, vamos a extender el tema y ver de qué forma llego a esta conclusión. En primera instancia, el hombre es por norma general más dependiente de la mujer: de joven depende (por decirlo de alguna forma) de su madre, de sus hermanas mayores, de su abuela, su tía…, después de la novia, la esposa, quizás de la secretaria o bien incluso de la asistenta… ¡Eh, que no es ninguna broma! ¿O bien acaso no es verdad que los hombres viven rodeados de más mujeres que de hombres? Las estadísticas afirman clarito que hay más mujeres que varones, aunque nazcan más de los últimos, pero ya sabemos que de babies son más delicados (y de mayores semeja que también), por consiguiente, al final quedan menos. Pues si aceptamos esto, podemos decir que los hombres suelen dejar, durante su existencia, muchas parcelas de su vida cotidiana a cargo de las mujeres que hay en su entorno. Naturalmente, nunca es algo categórico o bien tajante ni para todos, siempre me refiero a la enorme mayoría. Ahora bien, si quisiera ser un tanto mala, diría eso de el hombre es más dependiente porque es más comodón, inmaduro…. Bueno, os lo dejo ahí, pero no voy a insistir en ello de momento. La cuestión es que, tras años de matrimonio, la mayoría se habitúa a depender de sus parejas. Ahí van algunos ejemplos.
Ser mismo, como el vulgo dice, no te garantiza el logro de tus metas. Es más, en ocasiones ni tan siquiera el talento o bien la persistencia. Decir siempre la verdad o bien ser siempre y en toda circunstancia sincero, menos. En la vida, o más bien, en tu camino para lograr tus metas, siempre tendrás que hacer cosas que no te gustan. Si quieres ser un atleta de alto rendimiento, deberás renunciar a muchas cosas aunque no quieras. Si deseas edificar una compañía, deberás comportarte de ciertas formas con los clientes del servicio, socios, inversores, empleados, que pueden no ser congruentes contigo mismo, mas que son precisas para tu compañía. Tu pareja se enfoca en lo que no le gusta. La atención se centra en lo que le molesta, en lo que lo enoja o bien en lo que se siente crítico o crítico, y tiende a minimizar o bien ignorar las cosas reflexivas, cautelosas y amorosas que hace o ofrece.
Debe realizarse un movimiento cada segundo o cada dos segundos
Ya he mentado de antemano esto del romance Disney. En inglés uso this magic carpet ride of a romance montones de veces (como mucho un par de veces con exactamente la misma chica de compañía), y es una de mis oraciones para ligar preferidas. Amable. Cosquilloso. Caliente. Frío. Áspero. Suave. Suave. Para bastantes personas, Kink se trata de experimentar muchas sensaciones diferentes, a veces intensas, que van mucho alén de la estimulación genital. Discutí la privación sensorial en el blog anterior, mas ahora es el instante de acrecentar todos y cada uno de los sentidos, especialmente el tacto: este blog trata sobre la estimulación sensorial que se centra en crear sensaciones únicas en la piel. El juego de sensaciones se aproxima a la carne del cuerpo como un escultor empieza con un nuevo pedazo de arcilla: su cuerpo es un cuadro en blanco para manipular y alentar con diferentes texturas, temperaturas y tortura.
Lo más esencial es el uso de una palabra de seguridad. Se trata de una palabra o frase que cualquiera de los 2 puede usar para que el otro sepa que es el momento de parar. Tanto si es para tomar un reposo, para ir al baño o,lo que es más esencial, por si las cosas son demasiado intensas, si no estás gozando de la situación, la palabra de seguridad es fundamental. Para que esa dimensión sicológica del juego se refuerce (esto es, a fin de que los papeles de dominante y sumiso sean más claros y admitidos), la parte dominante puede ordenar que la parte sumisa le llame de una determinada manera o bien realice ciertas tareas. También puede hacer, para marcar más claramente su poder, tener a la parte sumisa desnuda y con los ojos vendados durante un largo período. Esa espera, llena de expectativa y miedo, aumenta la sumisión de quien espera órdenes o bien teme la intervención de la parte dominante. Si estás de este modo, desnudo y sin ver, aguardando a ver qué ocurre, seguro que te sumerges mejor en tu papel de sumiso. Y a quien te domine, no dudes, le va a ayudar a creerse su papel.
Personalidad agradable……………………………………,,
Existen muchas maneras de sanar estas heridas antes de recurrir a la venganza, el hablar, el aclarar el porqué de sus actitudes, hasta llegar a pedir a la pareja que vayan a ver médicos que los asistan en este desorden. El nudo de esposas es genial para liderar, mas no es satisfactorio para ninguna esclavitud o lucha a largo plazo. Siempre y cuando juegues con cuerda, asegúrate de tener tijeras cerca que puedan cortarla si es preciso. Si una mujer se lo da (quiere sexo con el) él lo tiene que sujetar pues eso se espera de él. Como el macho debe tener muchas conquistas, debe probar su machismo no rechazando los avances sexuales de una mujer. Los que se atreven a hacerlo se arriesgan a ser catalogados homosexuales. No obstante se imaginan lo terrible que tiene que ser el tener sexo con alguien que a uno no le agrada Tan solo por mantener una imagen que al final no es realista. Si has intentado el auto estimulación y no has sido capaz de conseguir el clímax por ti, entonces habrás de centrarte en curarte a ti misma, antes que centrarte en el estilo sexual de tu novio. Hay múltiples razones por las que las mujeres no pueden alcanzar el clímax por símismas.
Barker y Hancock apuntan, además de esto, que las prácticas sexuales que nos hacen felices y que nos permiten gozar del sexo de una manera enriquecedora no son prácticas inamovibles. Pueden cambiar con el curso de los años. Lo que nos agrada hacer a los veinte o bien los treinta años no tiene por qué agradarnos a los cincuenta. Buscar en todos y cada instante de la vida lo que sexualmente más nos satisfaga nos ayudará a tener una vida sexual completa. Desde el punto de vista de la salud mental del joven, el desarrollo integral no se logra si se descuida el área afectiva o la social. Los jóvenes que estudian deben poder combinar, al tiempo, lo académico con la posibilidad de tener amigos y pareja. La mujer se recuesta en cama con las piernas levantadas y abiertas, manteniéndolas tan rectas como sea posible sin incomodidad. Su compañero la introduce desde el lado de la cama, propagando su brazo derecho hacia abajo para sostener su peso.
La olor Chocolate no puede faltar en tu lista de prioridades
Los maestros del yoga y el tantra plantean, además de esto, aprender a supervisar la respiración para, así, supervisar la eyaculación. Para ello es indispensable que el hombre identifique lo que se ha dado en llamar como Punto R, o sea, aquel punto de no retorno en el que la eyaculación parece hacerse inevitable. Justo en ese instante, justo antes que se inicien las contracciones que provocan la eyaculación, el hombre debe respirar de manera profunda. Una vez hayáis gozado de vuestra experiencia, discutid o poned en común los detalles de la misma, decid qué os ha semejado bien y qué no, qué os ha excitado singularmente o bien qué os ha enfriado. Haced todo eso y, después, haced planes para otro periodo de sesiones. Tú, mujer, estás en el camino correcto para alcanzar una vida satisfactoria y sabrosa como hembra tirana y dominadora.
Bender ofrece la siguiente definición a sus pacientes como directriz: El sexo sano tiene lugar entre 2 personas de edades parecidas que se aprecian de forma profunda y que exploran sus cuerpos respectivos por placer. Si no están presentes todos estos elementos, no es una relación sexual sana. Lo que pretende es transmitir la idea de que el sexo ha de ser agradable para los 2 participantes e inspirarse en un vínculo sensible compartido. El énfasis en las personas de edades parecidas es para recordar a los pacientes que el sexo con una persona que no está en su rango de edad no solo es inapropiado, sino que además de esto podría tacharse de abusos indecentes. Si eso causa preocupación a un paciente o bien un progenitor, Bender espera que el paciente se lo mencione en la visita o poco después a un progenitor o bien otro adulto de confianza que pueda hacer un seguimiento.